La
predisposición a la resistencia insulínica o a la disfunción de células β se
hereda de forma no Mendeliana, debido a su heterogeneidad genética y patogenia
poligénica. Además, factores epigenéticos pueden modular las manifestaciones
del genotipo. De manera que los estudios genéticos humanos acerca de la
predisposición a la resistencia insulínica están plagados de incertidumbres y
se ven aún más complicados por las considerables variaciones existentes en el
pool genético humano.
Este es el
motivo de que se hayan diseñado multitud de modelos animales (en su gran
mayoría, ratones) transgénicos y knock-out, portadores de mutaciones en genes
requeridos para la secreción y/o acción de la insulina, como método de análisis
de un sistema genético de semejante complejidad.
Se sabe que los
modelos animales utilizados en las investigaciones sobre la diabetes mellitus
tipo 2, ayudan al estudio de los mecanismos patogénicos que conducen a la
presentación de esta enfermedad, acompañada de severa o moderada hiperglucemia,
intolerancia a la glucosa y otras alteraciones metabólicas relacionadas con la
misma, y dan la oportunidad de explorar nuevos tratamientos y formas de
prevenir estos cuadros.
Los ratones
transgénicos transportan múltiples copias del gen de la insulina del hombre y
muestran hiperinsulinemia basal crónica, una respuesta alterada a la insulina y
a la glucosa, insulinorresistencia e intolerancia a la glucosa.
Por ejemplo, la secreción de insulina se interrumpe en ratones
machos que expresan oncoproteína humana H-ras y se manifiesta una diabetes
con elevadas concentraciones de calmodulina en las células ß.
Los ratones
transgénicos pueden expresar transgenes que incluyen receptores de insulina
humana, transportadores de glucosa humana GLUT 4 y polipéptidos amiloideos de
islotes humanos.
En estos modelos
animales, también se pueden estudiar otras alteraciones relacionadas con la
DM2, las cuales se observan de forma espontánea o se inducen experimentalmente.
Estas alteraciones generan hiperinsulinemia o
hipoinsulinemia, cuyas manifestaciones son muy variables, pero típicamente
incluyen trastornos de la biosíntesis y de la secreción de
insulina, defectos en sitios específicos relacionados con la secreción
de insulina y cambios producidos por influencias ambientales.
BIBLIOGRAFÍA:
- Hugués
Hernandorena B, Rodríguez García J, Rodríguez González J, Marrero Rodríguez M.
Animales de experimentación como modelos de la diabetes mellitus tipo 2. Rev
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- Arias-Díaz
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Nutr Hosp. 2007;22(2):160-68. Disponible en:http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v22n2/revision3.pdf
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